Teherán, Agencia Internacional de Noticias Ahlul Bait (ABNA) — El Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Islámica de Irán emitió un comunicado oficial en el que rechaza enérgicamente las reiteradas y carentes de fundamento acusaciones contra el país en relación con el atentado de AMIA en Argentina. Este comunicado, emitido con motivo del aniversario de este trágico incidente ocurrido el 18 de julio de 1994 en Buenos Aires, subraya la necesidad de una investigación transparente y justa sobre el caso. En el comunicado, la República Islámica de Irán, al condenar cualquier acto terrorista, exige la identificación de los verdaderos autores y responsables del atentado y el cese de las acusaciones injustas contra ciudadanos iraníes.
Texto del comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Islámica de Irán, publicado esta madrugada:
Hace 31 años, el 18 de julio de 1994, un edificio en la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina, fue objeto de un atentado. Desde el principio, este sospechoso atentado fue desviado por elementos y corrientes vinculadas al régimen sionista hacia un rumbo erróneo, lo que ha tenido como consecuencia, entre otras cosas, la perturbación de las históricas relaciones entre los pueblos de Irán y Argentina.
La República Islámica de Irán, durante estas tres décadas, ha expresado en múltiples ocasiones su postura de manera clara y transparente, condenando cualquier acto terrorista, independientemente de dónde y por quién sea cometido, e insistiendo en la necesidad de una investigación transparente y basada en los principios de un proceso judicial justo para este sospechoso incidente.
Asimismo, la República Islámica de Irán rechaza completamente las acusaciones contra sus ciudadanos, condena la insistencia de ciertos sectores internos de Argentina en presionar al sistema judicial de ese país para formular acusaciones infundadas y emitir fallos aparentemente judiciales contra ciudadanos iraníes, y exige la identificación de los verdaderos autores y responsables de dicho atentado, el esclarecimiento de la verdad y la ejecución de la justicia.
Durante estos 31 años, con el paso del tiempo, han aumentado las preguntas y ambigüedades sobre el atentado de 1994, y han surgido pruebas e indicios claros e innegables de la influencia y presión del régimen sionista y sus corrientes asociadas sobre el sistema judicial argentino para acusar a ciudadanos iraníes.
Los frecuentes cambios en el equipo judicial encargado del caso, la revelación de corrupción en algunos funcionarios judiciales que en ocasiones derivó en su destitución, las renuncias de jueces e incluso atentados contra ellos son evidencia de una voluntad deliberada de desviar al sistema judicial argentino de una investigación transparente y justa, con el objetivo de proteger a los verdaderos autores y responsables del atentado.
La República Islámica de Irán, a pesar de la falta de fundamento de las acusaciones contra sus ciudadanos, con el único propósito de preservar las relaciones bilaterales y restaurar la reputación de los ciudadanos iraníes injustamente acusados, en un momento dado entabló un diálogo con las autoridades argentinas pertinentes, lo que resultó en la firma de un memorándum de entendimiento en 2013. Sin embargo, menos de dos años después de la firma de este memorándum, la parte argentina lo canceló unilateralmente, impidiendo la formación de un proceso transparente para esclarecer la verdad e identificar a los verdaderos autores y responsables del atentado, una acción que demuestra una vez más que los diseñadores de este caso no buscan descubrir la verdad ni hacer justicia.
La República Islámica de Irán, al enfatizar enérgicamente la falta de fundamento de las acusaciones contra sus ciudadanos, insiste en la necesidad de restaurar la reputación de los ciudadanos iraníes acusados injustamente, exige el cese de las investigaciones teatrales y espera que las autoridades judiciales argentinas investiguen el caso de manera transparente, justa y libre de politización e influencias indebidas de terceros.
Es evidente que la República Islámica de Irán, conforme a las normas del derecho internacional, se reserva sus derechos legales y legítimos para responder a cualquier acción inapropiada y sin fundamento contra sí misma y sus ciudadanos, y actuará de manera adecuada en este sentido.
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